11. Tratamiento a las semillas
Las semillas de muchos cultivos se tratan de varias formas antes de sembrarlas, debido a tres razones fundamentales: Mejorar la uniformidad de la población del cultivo cuando se siembra directamente en el campo, para destruir los microorganismos patógenos de la semilla y para evitar que las plántulas se enfermen cuando se siembran en suelos infestados.
Entre los patógenos que atacan las semillas se pueden citar: Alternaria sp., Cercospora sp., Colletotrichum sp., Xanthomonas sp., Aspergillus sp., Fusarium sp., Penicillium sp., los cuales deterioran la calidad, reducen la germinación y vigor dando origen a plántulas débiles y de crecimiento retardado. Existen tratamientos físicos y químicos que pueden usarse como métodos preventivos. (ver tabla 2).
No todos los virus son transmitidos por semillas, aunque algunos, como el del mosaico del tomate (TMV) y el de la lechuga (LMV) si lo son. (ver tabla 3).
Un mismo virus puede causar diferentes síntomas en diferentes plantas huésped. Por otra parte, diferentes virus pueden provocar en algunos casos síntomas similares en la misma especie.
Tratamientos físicos: Consiste en exponer las semillas a altas temperaturas, sin embargo es necesario tener en cuenta la temperatura como el tiempo de inmersión ya que puede afectar la viabilidad del embrión.
Las temperaturas recomendadas son de 50°C, durante 25 minutos. Los tratamientos de la semilla suelen causar efectos adversos en la germinación o vigor de la semilla. Esto ocurre especialmente con los tratamientos térmicos; las probabilidades de deterioro aumentan cuando la semilla se almacena húmeda después del tratamiento. Por lo cual, se debe secar hasta que recupere su peso original y/o su contenido de humedad.
Tratamientos químicos: Consiste en sumergir las semillas en soluciones fungicas o esterilizantes. Un tratamiento común es utilizar una solución al 10% de blanqueador, es decir, 5.25% de hipoclorito de sodio durante 5 minutos.
Entre los productos químicos utilizados están Agrosan, Arasan, Captan, Benomyl, thiram, maneb, zineb y cloruro de mercurio. Este último es altamente corrosivo y altamente tóxico, por lo cual solo debe usarse si no se dispone de otro tratamiento alternativo. Debe manipularse con mucho cuidado, ya que puede absorberse a través de la piel. En general estos productos se usan en dosis de 65 - 70 gr/100 kg de semilla. Es importante tener cuidado con las dosis ya que pueden deteriorar la semilla.
Existen otros tratamientos qie se utilizan básicamente con el fin de acelerar el proceso de germinación, estos tratamientos se conocen como imprimación, invigorización, vigorización, endurecimiento o preacondicionamiento. La imprimación es considerada un nuevo proceso para tratar la semilla que le confiere a la plántula una ventaja inicial de crucial importancia en la horticultura.
En la década de los 70 y comienzos de los 80, investigadores de varios países estudiaron procesos osmóticos, utilizando soluciones de glicol polietilénico para llevar a la semilla hasta el punto de germinación antes de sembrarla. Teóricamente, estas semillas se establecerían con mayor rapidez, lográndose así muchas ventajas agronómicas y económicas.
Las especies más estudiandas han sido zanahoria, cebolla, puerro y coliflor. Posteriormente se ha trabajado con semillas de perejil, lechuga y tomate.
El fenómeno de la imprimación es conceptualmente simple, pero fisiológica y técnicamente complejo y difícil de manejar. El principio se basa en ajustar el contenido de humedad de la semilla, convenientemente en condiciones de libre aireación, hasta un nivel que permita alcanzar el proceso preparatorio y esencial de la germinación, pero insuficiente para la elongación de células y en consecuencia, en capacidad de prevenir la emergencia de la radícula. Lo anterior se obtiene poniendo las semillas en contacto con la solución acuosa de osmolaridad controlada. Las semillas tratadas comienzan a absorber agua normalmente y luego tal acción se detiene una vez haya alcanzado el equilibrio con el potencial osmótico de la solución. Posteriormente las semillas pueden secarse nuevamente y almacenarse por períodos de tiempo que varían de acuerdo a la especie y a las condiciones del pretratamiento. Cuando estas semillas se siembran en un medio apropiado para la germinación, ellas se imbiben de nuevo aceleradamente y sus radículas emergen rápido y casi simultáneamente.
La imprimación ofrece tres ventajas principales: mayor rapidez en la emergencia de las plántulas, mejor densidad de población en el campo y mayor uniformidad en el cultivo.
Usualmente el proceso de imprimación se controla mediante la utilización de agentes osmóticos, ya que este es el que le permite regular la absorción del agua. Aunque también puede imprimirse suministrando agua de una manera regulada y controlada de tal manera que las semillas absorban una cantidad determinada de agua sin que haya emergencia de la radícula.
TABLA 2. Enfermedades transmitidas por semilla.
AGENTE CAUSAL | HOSPEDANTE | TRATAMIENTO |
Alternaria brassicola mancha negra de la hoja A. dauci. Tizón tardío A. solani Tizón temprano Aschochyta fabae A. pisi Mancha de la hoja Colletotrichum lagenarium Antrácnosis C. lindemuthianum Antrácnosis C. capsici Phoma apiicola Podredumbre de la raíz Phoma betae Mancha foliar Phoma lingam Mancha de la hoja Phytophtohora capsici Podredumbre del fruto Septoria apiicola Corynebacterium michiganense Cáncer bacterial Xanthomonas campestris Tizón común | Cruciferas Cruciferas Solanáceas Habas Guisante Pepino Frijol Pimentón Apio Remolacha Crucifera Pimentón Apio Tomate Cruciferas | Inmersión de la semilla en thiram. Inmersión de la semilla en thiram. Inmersión de agua caliente. Tratar la semilla con benomyl. Benomyl o thiram. Cloruro de mercurio, no usar agua caliente. Benomyl o thiram. Agua caliente. Thiram. Thiram. Thiram. Agua caliente. Thiram. Agua caliente; fermentar para extraer la semilla. Agua caliente. |
TABLA 3. Virus transmitidos por semilla.
VIRUS | HUESPED | OBSERVACIONES |
Mosaico común del frijol Mosaico del pepino Mosaico de la lechuga Mosaico de la soya Mosaico de la calabaza Mosaico del tabaco | Frijol Pepino, melón, sandía Lechuga Soya Calabaza, melón Pimentón, tomate | Eliminar plantas infectadas Eliminar plantas infectadas, aislar la Vignia sinensis, controlar pulgones vectores Eliminar plantas infectadas y pulgones Tratar la semilla con fosfato trisodico; evitar el contacto de tabaco cuando se trabaje con tomate |
Respecto al aumento del rendimiento, aún se desconoce si ésta técnica puede tener este efecto sobre el cultivo. Sin embargo, cualquier plantación que logre un buen establecimiento inicial, tendrá mayores oportunidades para rendir al máximo de su potencial al terminar su período.
En experimentos de laboratorio con semilla imprimida de zanahoria, se ha comprobado una emergencia de 85% en solamente tres días, comparada con cinco días que muestra la semilla natural de zanahoria. En cebolla imprimida, se ha encontrado un 96% de emergencia en dos días comparada con cuatro días para la semilla no tratada.
La coliflor que normalmente necesita dos días, se ha logrado 955 de emergencia en menos de 24 horas.
Los productores de cebolla han visto que la semilla imprimida puede reducir los efectos que tiene sobre la emergencia.
12. Almacenamiento de las semillas
Las semillas se clasifican de acuerdo al contenido de humedad en:
ú Semillas ortodoxas: Deben almacenar a un bajo contenido de humedad. Ejemplo: hortalizas, forestales.
ú Semillas recalcitrantes o también de vida corta o microbióticas: Deben almacenarse a un alto contenido de humedad. La viabilidad de las semillas de Neem (Azdirachta indica) disminuye notablemente al aumentar el período de almacenamiento. Lo mismo ocurre con las semillas de Araucaria araucana, cacao, mango, agrios y Acer sacharinum.
Las semillas de café se recomienda sembrarlas poco tiempo después de la cosecha, ya que se le ha considerado como recalcitrante, principalmente por las dificultades que presenta para su almacenamiento. Sin embargo, otros autores, cuestionan esta clasificación, ya que no toma en cuenta que la fisiología de la semilla de café es muy compleja y que otros aspectos diferentes al contenido de humedad hacen variar su comportamiento durante el almacenamiento. Prueba de esto es que se ha logrado almacenar por períodos superiores a dos años con una germinación relativamente alta. Sin embargo, estos resultados se lograron diversas formas, desde su almacenamiento con contenidos de humedad muy bajos (11%) hasta humedades de 30 y 40%.
También se han probado diversas temperaturas de almacenamiento; en general se ha encontrado que temperaturas inferiores a 10°C o superiores a 20°C reducen más rapidamente el poder germinativo de la semilla, que cuando se almacenaran dentro de este ámbito.
Las semillas secan sobreviven más tiempo que con alto contenido de humedad, aunque un contenido intermedio posibilita una mayor longevidad.
En semillas de lechuga almacenadas a 10°C y con una humedad relativa de 25%, se encontraron pérdidas en la capacidad germinativa, mayor que en las almacenadas entre 34 y 58% de humedad relativa. Mientras que, al almacenarlas a una humedad de 67 se obtuvo una viabilidad de cuatro años.
En el país muchas de las semillas utilizadas por el agricultor presentan un bajo porcentaje de germinación, existen muchas causas por las cuales se presenta este problema, entre las que se pueden citar:
No se tienen lugares adecuados para el almacenamiento de las semillas.
Muchas veces se reempacan, causando deterioro en la semilla, con la consiguiente pérdida de vigor y un bajo porcentaje de germinación.
En muchas ocasiones las semillas reempacadas no corresponden a las de la etiqueta.
A su vez las semillas almacenadas pueden deteriorarse por:
1 Acumulación de metabolitos tóxicos.
1 Desnaturalización de proteínas.
1 Acidos nucléicos y lipoproteínas de la membrana celular.
1 Agotamiento de metabolitos esenciales.
1 Ataque de microorganismos.
Consideraciones generales a tener en cuenta sobre el almacenamiento de semillas:
4 La calidad no se mejora con el almacenamiento.
4 La humedad y la temperatura son factores que influyen en el éxito del almacenamiento.
4 El contenido de humedad de las semillas es más importante que la temperatura.
4 El contenido de humedad de las semillas es una función de la humedad relativa y en menor grado de la temperatura.
4 El 1% de descenso en el contenido de humedad de las semillas debe duplicaar su potencial de almacenamiento.
4 Baja temperatura y bajo porcentaje de humedad son las condiciones adecuadas para el almacenamiento.
4 Es importante hacer una selección de las semillas descartando las inmaduras, enfermas o deterioradas.
Las condiciones de almacenamiento influyen en la viabilidad de las semillas. Un incremento en la humedad da por resultado una pérdidad más rápida de la viabilidad, sin embargo, algunas especies como Juncus sp. pueden conservar su viabilidad por 7 o más años si se les almacena sumergidas en agua.
Muchas semillas como el chícharo, la soya o el frijol permanecen viables por más tiempo cuando su contenido de humedad se reduce y se almacenan a una baja temperatura.
Exponer las semillas a temperaturas muy elevadas causan deshidratación y ruptura celular severa al rehidratar las semillas. El rompimiento de celulas daña el embrión y libera nutrientes que son buenos sustratos para los organismos patógenos. La viabilidad se pierde generalmente con más rapidez cuando las semillas se almacenan en aire húmedo y a temperaturas de 35°C o más cálidas.
Algunas semillas como el arroz silvestre (Zigania aquatica) debe almacenarse en agua a 0°C para obtener su máximo poder germinativo. Con sólo exponerlos al aire durante algunos días se pierde su capacidad para germinar.
Las semillas de los cítricos almacenadas a temperatura ambiente, se disminuye su viabilidad si su contenido de agua desciende. Cuando se secan hasta el 25% del agua, las semillas de naranjos se dañan. Semillas con alto contenido de agua son más susceptibles a las altas temperaturas.
Cuando se almacenan semillas con un alto porcentaje de humedad, el calor producido interiormente puede aumentar la temperatura del recipiente que los contiene disminuyendo así su viabilidad.
Cuando se almacenan semillas de girasol con un alto porcentaje de humedad, la intensidad de la respiración aumenta al incrementar el contenido de agua hasta un 50%.
Cuando el contenido de agua es demasiado elevado, se requieren altas cantidades de sustancias químicas para la germinación. Luego cuando se someten a condiciones favorables las semillas son incapaces de germinar.
La supresión de demasiada agua en las semillas, puede ocasionar la muerte del embrión.
13. Semilleros
13.1 Generalidades
La semilla es uno de los insumos más costosos y quizá el más importante de todos. Con el uso de semilleros se busca reducir el número de semillas y obtener de cada semilla una plántula apta para transplantar.
En el Valle del Cauca, se ha reducido la cantidad de semillas de 10 a 7.6 lb/ha en cebolla de huevo. En tomate se ha disminuido de 500 a 200 gr/ha, solo mejorando las condiciones de semillero.
El semillero es el área donde se deposita la semilla y se le dan los máximos cuidados desde la siembra hasta el transplante.
El uso de semillero se recomienda para plántulas que requieren sombrío, o en aquellos casos en que las plántulas tengan un crecimiento muy lento o sean altamente susceptibles a malezas o a patógenos. Con el uso de semilleros se protegen las plántulas del viento y de heladas, así como de lluvias fuertes y de roedores. Los semilleros también se recomiendan cuando las semillas son demasiado costosas, como es el caso de los híbridos.
13.2 Area del semillero
El área del semillero depende del área del lote que se va a sembrar, del tamaño de la plántula, de la densidad de siembra tanto en el semillero como en el campo y del porcentaje de germinación. Cuando se amplía el área de 70 m² a 100 m² en tomate y 50 a 60 m² para cebolla, la cantidad de las plántulas mejora, así como el rendinmiento en el campo. Igualmente los requerimientos de semilla disminuyen en un 40%.
13.3 Condiciones del semillero
El semillero debe ubicarse en un lugar fácilmente accequible, donde se posibilitan las labores tales como riego y sombreado.
Es recomendable hacer un análisis de agua de riego, para evitar problemas de intoxicación en plántulas recién germinadas, evitar problemas de sales y sodio o residuos de pesticidas.
El suelo debe ser uniforme, libre de patógenos, bien drenados ya que la semilla requiere oxígeno en su proceso de germinación para disminuir problemas por "Damping off" o mal del semillero. Deben además retener humedad, porque el agua se requiere en la primera etapa de la germinación que es la imbibición. Es importante que el suelo no contenga concentraciones altas de sales ya que éstas inhiben la germinación.
El semillero puede construirse a ras del piso; para éste se pica el terreno a una profundidad de 20 a 40 cm y si es necesario se le adiciona materia orgánica descompuesta.
Se recomienda un ancho de 0,80 a 1,20 m y un largo máximo de 10 m. Los semilleros deben construirse de oriente a occidente, con el fin de permitir una luminosidad uniforme. Debe ubicarse en una zona no demasiado sombreada para evitar ahilamiento en las plántulas. Es necesario protegerlo contra vientos, para evitar un exceso de transpiración o volcamiento en las plántulas.
Para algunas especies es necesario adicionar fertilizantes edáficos o foliares, dependiendo del tiempo que permanezcan en el semillero, casos como el espárrago por ejemplo, que cuando se propagan sexualmente permanecen durante seis meses en el semillero. El pH recomendado está entre 5,5 y 6,8.
13.4 Ventajas del semillero
Con el uso de los semilleros, se facilita el manejo y cuidado de las plántulas, lo cual permite obtener plantas más sanas, vigorosas; se tendrá menor competencia por malezas, además puede hacerse un control específico de plagas y enfermedades; se puede hacer una seleción del material más adecuado para el transplante y más uniforme; se emplea menos cantidad de semilla.
13.5 Desventajas del semillero
Los semilleros presentan como principal desventaja, el que se requiere más mano de obra, debidas al transplante; algunas veces el estrés causado por el transplante afecta el desarrollo de la plántula.
13.6 Métodos de desinfección
La desinfección es una práctica indispensable para evitar problemas de hongos, nemátocos, insectos y malezas.
Existen tratamientos químicos, físicos y mecánicos que pueden controlar estos patógenos, sin embargo, un sustrato adecuado puede prevenir enormemente los problemas fitosanitarios, garantizando un buen drenaje y evitando exceso de materia orgánica.
Uno de los mayores limitantes fitosanitarios presentados en los semilleros es el mal de semillero, salcocho, volcamiento o Damping off. Esta enfermedad es causada por un complejo de hongos, entre los cuales se pueden citar Phytophthora, Pytium y Fusarium. Se puede presentar Damping off pre emergente, en la cual el hongo ataca la semilla, evitando la germinación y post emergente atacando directamente los haces vasculares de la plántula causando volcamiento.
13.6.1 Tratamientos químicos
De 1920 a 1960 se comercializaron productos químicos como cloropicrina, quintoceno, bromuro de metilo, captan, dazomet entre otros. Productos altamente tóxicos, particularmente la cloropicrina suprime la nitrificación y el quintoceno es altamente selectivo, lo cual puede inducir a resistencia en los patógenos. La mezcla DD puede producir la acumulación de N amoniacal lo mismo que el bromuro de metilo. Este último se considera un agente depresivo sobre las ectomicorrizas lo mismo que sobre el endógeno Glomus fasciculatum, Dazomet, al igual que otros productos afecta la fauna y flora benéfica ya que, dependiendo de las condiciones de temperatura, humedad y pH, entre otras, puede formar al descomponerse, productos químicos altamente tóxicos como formaldehído, metilalanina, ácidos sulfúrico y disulfuro de carbono, dimetil tioúurea y otros. Sin embargo, actualmente son mucho más utilizados los tratamientos químicos, ya que tienen un alto espectro de acción y con algunos productos como el bromuro de metilo, por ejemplo, el tiempo entre la aplicación y la siembra es muy corto.
Existen muchos factores que afectan la eficacia de los productos desinfectantes, entre los cuales se pueden mencionar: suelos muy secos, suelos con mal drenaje o excesiva materia orgánica.
En el mercado se encuentran muchos productos que pueden usarse como desinfectantes de suelos, sin embargo es necesario tener cuidado con el manipuleo de estos, ya que a mayor espectro de acción, mayor toxicidad. Seguidamente se citarán los más utilizados.
13.6.1.1 Bromuro de metilo
Es un gas fumigante, tiene un amplio espectro de acción; controla hongos, nemátocos, insectos y malezas. Previa la aplicación, el suelo debe estar húmedo y debe cubrirse completamente, preferiblemente con un plástico, ya que es altamente volátil. La dosis recomendada es de 10 gr/m².
El bromuro de metilo viene empacado en tarros con un dispositivo especial, manejado desde fuera, el cual va conectado a una manguera cuyo extremo va debajo del plástico. La siembra puede hacerse 72 horas después de la aplicación.
Existen reportes de que este producto destruye la capa de ozono, por lo cual es importante buscar una alternatica ecológicamente más apropiada.
13.6.1.2 Vapam (metil - ditiocarbonato)
Una vez se aplique el producto es necesario cubrir bien, la siembra puede hacerse quince días después de la aplicación; los suelos arenosos requieren menos tiempo que los arcillosos. La dosis recomendada es de ¼ a ½ lt del fumigante en 10 lt de agua, para 10 m² de suelo. Posteriormente se riega con agua abundante y se cubre con plástico, sellando bien los bordes.
13.6.1.3 Formol
El formol se convierte en gas a temperaturas comunes y el vapor penetra a las capas superiores del suelo ejerciendo su acción desinfectante. Este producto controla hongos, bacterias y en dosis altas nemátodos, pero es poco efectivo para el control de malezas. Se aplica una solución preparada con una parte de formol comercial (37%) en 50 partes de agua, se asperja al suelo en una proporción de 17 lt/m², cubriéndolo con plástico, costales o periódicos húmedos y sellando los bordes con tierra para evitar que se volatilice. Quince días después se levanta la cobertura y se riega con agua abundante con el fin de lavar los residuos.
Existen reportes que la formaldehina es cancerígena, por lo cual se requiere un especial cuidado en el manipuleo de este producto.
13.6.2 Tratamientos físicos
Este control se basa en aumentar la temperatura del suelo, ya que los microorganismos fitopatógenos del suelo son mesofilo, es decir, no resisten altas temperaturas por períodos largos, mientras que los benéficos son termotolerantes.
Entre los tratamientos físicos se pueden citar:
13.6.2.1 Quema
El uso de fuego directo es uno de los métodos más antiguos de desinfección del suelo. Consiste en quemar materiales como chamizas, pasto seco, residuos de cosecha, etc., sobre la superficie del terreno, aproximadamente durante una hora. La desinfección es muy superficial. Presenta la ventaja de adicionar nutrientes minerales al suelo, pero tiene como desventaja el que causa contaminación. Para obtener buenos resultados, la capa de material de quema debe ser lo suficientemente gruesa para mantener el fuego en forma intensa, durante un período de tiempo suficiente y que el calor alcance a penetrar a bastante profundidad. El uso continuo de este sistema, sin embargo, tiene el efecto nocivo de destruir la materia orgánica y por lo tanto disminuye la capacidad del suelo para retener agua.
13.6.2.2 Vapor
Se debe humedecer previamente el suelo, de esta manera germinan las esporas de los microorganismos. Con el uso del vapor se alcanzan temperaturas de 60 - 71°C, la cual se debe mantener durante 30 minutos. Este tratamiento tiene un espectro de acción muy amplio, por lo cual se le puede considerar como un esterilizante, lo que significa que elimina la microflora y la microfrauna benéfica. La aplicación del vapor requiere un equipo costoso.
13.6.2.3 Solarización
Llamada también pasteurización o calentamiento solar. Se usó por primera vez en la década del setenta en Israel. Este método consiste en regar el suelo y cubrirlo con polietileno delgado, preferiblemente transparente, en épocas soleadas, con el fin de captar la radiación solar y aumentar la temperatura en las primeras capas del suelo con lo cual se estimula la acción de los organismos de la rizosfera.
El polietileno empleado para el proceso permite el paso de la mayoría de la radiación solar, reduce la convección del calor, la evaporación del agua del suelo y como resultado de la formación de pequeñas gotas de agua en la superficie interna, reduce también la pérdida de la radiación de onda larga desde el suelo.
El principio fundamental de la solarización es la muerte causada por la alta temperatura lograda en el suelo, de los fitopatógenos, lo cual depende de factores climáticos como: radiación solar, temperatura, humedad, velocidad del aire, propiedades térmicas del suelo determinadas por el calor, la humedad, la textura y de la capacidad del polietileno para dejar pasar la radiación infrarroja de ondas corta y larga.
Los mejores resultados se logran teniendo en cuenta que le mayor calentamiento se alcanza en días de intensa radiación solar y temperaturas altas, la humedad en el suelo mejora la conducción del calor y aumenta la sensibilidad térmica de las estructuras latentes o de resistencia de los patógenos y, en presencia de agua se requiere menos energía para desdoblar moléculas complejas como los ploipéptidos.
En Israel y California se han logrado temperaturas máximas debajo de las cubiertas de plástico en rangos de 44 - 55°, 45 - 50°, 43 - 49°, 36 - 45°C, a profundidades de 5, 10, 15 y 20 cm respectivamente.
Algunos fitopatógenos regulados mediante la solarización son: Plasmodiaophora brassicae, Phytophthora cinnamomi, Colletotrichum atramentarium, Thielaviopsis basicola, Verticillium irregulare, Rhizoctonia solani, Sclerotium rolfsii y los nemátodos Pratylenchus penetrans, Dytylenchus dipsaci entre otros.
Algunos microorganismos que pueden ayudar a un mejor desarrollo de las plantas, sobreviven a la solarización: Bacillus, los actinomycetos, los hongos micorricicos y los rizobios; otros alcanzan mayores poblaciones después de la solarización, como las Pseudomonas fluorescentes o se desarrollan mejor como ocurre con las rizobacterias promotoras de crecimiento.
13.7 Siembra
La cantidad de semilla a sembrar depende del tamaño de la semilla, del porcentaje de germinación y de la cantidad de plantas que se vayan a sembrar; por cada plántula requerida, se siembran tres semillas (ver anexo 1).
La siembra puede hacerse al voleo o en surcos. Al voleo la siembra es más rápida, es decir, se requiere menos mano de obra, pero se obtienen plántulas desuniformes, ahiladas y se favorece el damping off.
En surcos o al chorrilo se necesita menos cantidad de semilla que la voleo. Para facilitar la siembra se utilizan marcadores o surcadores.
La profundidad de siembra depende del tamaño de la semilla, la estructura del suelo y el contenido de humedad. Las semillas pequeñas tienen menos sustancias almacenadas, por lo tanto deben sembrarse cerca a la superficie con el fin de disminuir el tiempo y la energía necesaria para que la planta se desarrolle y comience el proceso fotosintético.
En época de sequía o falta de riego de la semilla deberá sembrarse a mayor profundidad para evitar la desecación cuando emerja la planta. Si el suelo se encuentra cerca al punto de saturación, como sucede en época de mucho invierno, la semilla deberá sembrarse superficialmente, ya que necesita oxígeno para el proceso de respiración.
Una vez se siembre se debe regar continuamente: en zonas muy secas, dos veces al día y en regiones muy húmedas de acuerdo a las necesidades, evitando exceso de humedad. Se recomienda suspender el riego una semana antes del transplante, con el fín de causar el endurecimiento de las plántulas.
13.8 Uso de coberturas
Se recomienda cubrir los semilleros una vez se hace la siembra. Esta práctica presenta varias ventajas, entre las cuales se pueden citar: Se reducen los cambios bruscos de temperatura; se evita que las lluvias arranquen las plántulas; se conserva la humedad. Sin embargo, se tienen algunas desventajas como son: favorecen el ahilamiento, por lo cual se debe remover una vez hayan germinado las semillas; en zonas donde la temperatura sea muy alta así como la humedad se favorece el damping off.
En aquellas especies en que la luz inhibe la germinación se recomienda usar cobertura.
Pueden usarse coberturas de materiales orgánicos como aserrín de madera, cascarilla de arroz, helechos secos, costales, hojas de plátano o bagazo de caña. Este último produce sustancias tóxicas por lo cual debe usarse bien seca.
Para tabaco se recomienda no usar cobertura, ya que se producen plántulas más fuertes y por consiguiente más resistentes al transplante. En condiciones donde el riego se dificulta, el uso de cubierta disminuye el costo de riego y reduce el número de pérdida de plantas por falta de humedad.
13.9 Transplante
El transplante constituye una parte especializada de la propagación sexual. Hay algunas plantas como las cucurbitáceas que presentan una alta susceptibilidad a las labores de transplante, ya que raras veces desarrollan pelos absorbentes a partir de raíces viejas, razón por la cual es necesario tener especial cuidado o utilizar plantines o "speedling" que le permiten hacer la siembra con pilón. Sin embargo, hay otro tipo de plantas como el tomate, que el daño causado en la raíz principal, debido a un mal transplante, favorecen la formación de un sistema radicular más fibrosos, es decir, las plantas desarrollan nuevas raíces capilares a partir del tejido viejo de la raíz. Por lo tanto su transplante se facilita.
Las labores de transplante se facilitan cuando el terreno presenta un cierto grado de humedad que permita el desprendimiento fácil de la plántula.
Debe hacerse el transplante cuando la plántula haya alcanzado cierto desarrollo. Generalmente se hace cuando tengan de tres a cinco horas verdaderas. En el caso de la cebolla de huevo se debe transplantar cuando empiece la formación del bulbo, lo cual se da entre los 45 a 55 días.
El transplante debe hacerse en el atardecer, ya que los estomas se cierran al oscurecer y de esta manera se recupera el sistema radicular, evitando así que las plantas lleguen al punto de marchitez permanente.
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