Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2010/02/11/actualidad/1265842815_850215.html
Los fertilizantes nitrogenados simples son aquellos
fertilizantes que incorporan al suelo el nitrógeno que es uno de los tres
elementos nutrientes considerados como esenciales.
Dentro de los abonos nitrogenados simples hacemos distinción entre los que se
presentan en estado sólido, los que se presentan en estado líquido y los
especiales y como puede observarse la gama que se ofrece es total pues podemos
encontrar desde fertilizantes que incorporan todo su N en estado uréico, a los
que contienen todo el N en forma amoniacal, nítrico - amoniacal y
uréico-amoniacal-nítrico; es decir, podemos encontrar nitrogenados de acción
más o menos rápida según el N. que aporten.
Los fertilizantes nitrogenados simples se aplican
para completar los requerimientos nutricionales de los cultivos, en momentos de
máxima necesidad. En el caso de los cereales desde el ahijado hasta la
formación de espiga.
El nitrógeno se considera factor de crecimiento y
desarrollo y debe aplicarse para cubrir los momentos de necesidades intensas y
puntuales, ya que interviene en la multiplicación celular y es necesario para
la formación de compuestos esenciales, con lo que su deficiencia tiene efectos
irreversibles sobre el cultivo.
Los abonos nitrogenados simples son,
fundamentalmente, abonos de cobertera aunque, debidamente manejados, pueden
utilizarse para aportar nitrógeno antes de la siembra. No solo aportan
nitrógeno sino que, en muchos casos, contienen azufre, magnesio, calcio e
incluso microelementos.
La elección del tipo de fertilizante depende de las
necesidades de los cultivos, de las formas en las que se encuentre el
nitrógeno, de las características edafoclimáticas, de los sistemas de cultivo y
de los sistemas de riego[1].
Abonos nitrogenados simples son
por orden de importancia los fertilizantes nitrico amoniacales, la urea y el
sultato amónico, además de los fertilizantes nitrogenados líquidos.
Los
fertilizantes nítrico amoniacales son los fertilizantes más
utilizados en agricultura debido a que reúnen las ventajas de contener
nitrógeno nítrico, de disponibilidad inmediata, y nitrógeno amoniacal, de
acción más lenta y prolongada ya que debe sufrir el proceso de nitrificación.
Esta
composición aporta la ventaja de poder efectuar una sola aplicación de
cobertera en muchos cultivos. Se trata de productos muy versátiles para el
agricultor, que se aplican fundamentalmente en el abonado de cobertera de los
diferentes cultivos.
No
es necesario proceder al enterramiento de los abonos nítrico amoniacales porque
son muy solubles. Con una precipitación moderada o un riego es suficiente
para situarlos al alcance de las raíces. Se recomienda que el almacenamiento
tenga lugar en recintos cerrados, bien ventilados y con ambiente seco, donde la
temperatura no sea elevada.
El
producto debe mantenerse siempre aislado, fuera de la luz solar, lejos de
fuentes de calor y materiales combustibles. En el campo no debe almacenarse
cerca de heno, paja, gasóleo, etc. Los productos con contenidos en nitrógeno
por encima del 28% deben entregarse al agricultor envasados según el Reglamento
(CE) nº 2003/2003, y deben someterse a la legislación correspondiente en
materia de almacenamiento, transporte por carretera, barco, etc.
La urea,
es por orden de importancia, el segundo fertilizante para aportar Nitrógeno más
utilizado en nuestro país.
Se
presenta en dos formas con características físicas y químicas diferenciadas:
La urea granulada o prilada,
para aplicación al suelo y la urea cristalina, completamente soluble y no
corrosiva, especialmente indicada para su aplicación foliar y uso en
fertirrigación. La urea granulada o prilada se aplica siempre sobre el
suelo. Al tratarse de un fertilizante de acción prolongada en el tiempo puede
aplicarse en sementera, pero fundamentalmente se utiliza en cobertera, en una o
dos aplicaciones. La aplicación debe realizarse con suficiente antelación, para
que el nitrógeno esté disponible en el momento de mayor requerimiento de la
planta. Para evitar las pérdidas por volatilización de amonio, sobre todo en
suelos calizos, ambiente seco y temperaturas elevadas, se recomienda enterrarlo
con una labor. Cuando se aplica en regadío es conveniente que el suelo esté
húmedo o se efectúe un pequeño riego tras su incorporación. Además de su empleo
directo en el campo, se utiliza como materia prima para los blendings o mezclas
junto al DAP y cloruro de potasa. Por su interés y practicidad, se
reproduce a continuación el Código de Buenas Prácticas Agrarias para la urea
elaborado por la European Fertilizer Manufacturers Association, EFMA.
La urea cristalina se utiliza, sobre todo, en
aplicaciones foliares y también en fertirrigación. Su bajo contenido en biuret,
inferior al 0,25%, permite su aplicación sobre las hojas. Se recomienda su uso
en los momentos en los que las plantas necesitan un suministro rápido de
nitrógeno o tienen dificultades de absorción por la raíz debido a la excesiva
humedad del suelo, frío, poda excesiva o sequía. Con bajas temperaturas, la
absorción por vía foliar es más intensa que por vía radicular, pero no conviene
realizar aplicaciones con temperaturas inferiores a los 10ºC. En el caso de
cultivos leñosos, la mayor eficacia de la aplicación se obtiene si se realiza
durante el desarrollo de las yemas florales y la caída de los pétalos. Las
pulverizaciones deben orientarse hacia el envés de las hojas que es donde la
absorción se realiza de forma más intensa.
El sulfato amónico,
fertilizante nitrogenado sólido amoniacal. El sulfato amónico se presenta en
forma de cristales uniformes de muy alta solubilidad y es poco higroscópico. Se
utiliza en la elaboración de abonos de mezcla presentándose entonces en forma
de cristales de mayor tamaño.
Entre
los fertilizantes nitrogenados líquidos que
más se comercializan hay unos susceptibles de ser empleados pulverizados sobre
el suelo y otros cuya principal utilización es en fertirrigación. En este punto
se describen las características de los primeros.
La solución de nitrato amónico y
urea, con un contenido del 32% en nitrógeno, es el único
fertilizante nitrogenado que contiene este nutriente en sus tres formas: ureico
(50%), amoniacal (25%) y nítrico (25%), lo que hace de él un producto muy
versátil.
La
solución nitrogenada 32% se utiliza en la cobertera de cereales de invierno. En
una sola aplicación, al inicio del ahijado, suministra todo el nitrógeno
requerido por el cultivo. La aplicación se realiza con pulverizadores,
autopropulsados o remolcados, provistos de boquillas de tres chorrillos que
distribuyen el producto en gotas gruesas. La rapidez, precisión y homogeneidad
del reparto de este sistema de distribución supone una gran ventaja.
La
utilización de la solución nitrogenada 32% está también muy extendida en el
cultivo del maíz. Se aplica en fertirrigación, distribuyéndose en varios
momentos a lo largo del ciclo de cultivo por medio de pivots o por aspersión.
Las dosis que se recomiendan son ligeramente menores que las de los sólidos, ya
que las características del producto y su forma de aplicación permiten el
máximo aprovechamiento por los cultivos.
La solución de abono nitrogenado
20% está
muy indicada para su utilización en sistemas de riego, aunque también es
empleada pulverizada en la cobertera de los cereales, con gota gruesa antes del
ahijado, utilizando pulverizadores fabricados con materiales adecuados[2].
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LOS
FERTILIZANTES NITROGENADOS Y LA ACIDIFICACIÓN DEL SUELO[3].
Al momento de decidir
que fuente de fertilizante conviene utilizar es necesario considerar, entre
otras cosas, las características del suelo, y las reacciones y transformaciones
de los productos. Algunas fuentes de fertilizantes nitrogenados como las
amoniacales generan un residuo que provoca cierta acidez al suelo. Es conocido
el mayor efecto acidificante del sulfato de amonio respecto del nitrato de
amonio y la urea. Sin embargo, no se puede generalizar sobre este efecto en
todos los suelos, normalmente la capacidad amortiguadora de los suelos
arcillosos hace que la acidez inducida por estos tres fuentes sea menor,
particularmente en el caso del SA.
Por qué acidifican
los fertilizantes nitrogenados?
Durante el proceso de
nitrificación del NH4 del fertilizante a NO3 se
liberan iones H+ que pueden producir acidez en el suelo. El
grado de acidez que induce depende de la fuente de N que se utiliza. Entre los
fertilizantes nitrogenados de uso mas frecuente se encuentran la urea, el
nitrato de amonio (NA) y el sulfato de amonio (SA). Durante su transformación
en el suelo, la reacción da como resultado la producción de igual cantidad de N
con las tres fuentes, pero los protones liberados son mayores para el SA. Así,
tenemos que por cada mol de SA se liberan 4 unidades (moles) de H+,
mientras que cada unidad (mol) de urea y NA produce solo 2 moles de H+.
Por lo tanto, si a un suelo le agregamos una cantidad determinada de N/ha con
cada una de estas tres fuentes, la acidez inducida por la nitrificación del
producto debería seguir el siguiente orden AS > urea = AN.
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