ENERGÍA SOLAR
La energía solar es la energía obtenida a partir del aprovechamiento de la radiación
electromagnética procedente del Sol. La radiación solar que
alcanza la Tierra puede aprovecharse por medio de captadores que mediante
diferentes tecnologías (células fotovoltaicas, helióstatos, colectores
térmicos) pueden transformarla en energía eléctrica o térmica. Es una de las
llamadas energías renovables o energías limpias. La potencia de la radiación varía
según el momento del día; las condiciones atmosféricas que la amortiguan y la
latitud. Se puede asumir que en buenas condiciones de radiación el valor es de
aproximadamente 1000 W/m² en la superficie
terrestre. A esta potencia se la conoce como irradiancia. Existen
de dos tipos solar fotovoltaica y térmica.
v Energía solar térmica.
La energía solar térmica o energía termosolar
consiste en el aprovechamiento de la energía del Sol para producir calor que puede aprovecharse para cocinar alimentos o para la producción de agua
caliente destinada al consumo de agua doméstico, ya sea agua caliente sanitaria, calefacción, o para producción de energía
mecánica y, a partir de ella, de energía
eléctrica. Adicionalmente puede
emplearse para alimentar una máquina de refrigeración por absorción, que emplea
calor en lugar de electricidad para producir frío con el que se puede
acondicionar el aire de los locales.
v Energía solar fotovoltaica.
La energía solar obtenida directamente de los rayos del sol (foto) gracias a la
foto-detección cuántica de un determinado dispositivo; normalmente una lámina
metálica semiconductora llamada célula
fotovoltaica. Dispositivo que aprovecha el efecto fotovoltaico es decir la capacidad de algunos materiales
semiconductores para generar electricidad cuando incite sobre ellos una
radiación luminosa. El
efecto fotovoltaico (FV) es la base del proceso mediante el cual una célula FV
convierte la luz solar en electricidad. La potencia
que proporciona una célula de tamaño estándar (digamos de 10 x 10 cm) es muy
pequeña (en torno a 1 o 2 W), por lo que generalmente será necesario tener que
asociar varias de ellas con el fin de proporcionar la potencia necesaria al
sistema fotovoltaico de la instalación. Numerosas células fotovoltaicas
componen lo que llamamos panel fotovoltaico.
La
clasificación de las instalaciones solares fotovoltaicas (ISF) se realiza en
función de la aplicación a la que están destinadas. Existen dos aplicaciones
las autónomas y las aplicaciones conectadas a la red.
Las aplicaciones autónomas producen electricidad sin ningún tipo de conexión con la red eléctrica,
a fin de dotar de este tipo de energía al lugar donde se encuentran ubicadas.
En las
aplicaciones conectadas a la red, el productor no utiliza la energía directamente, sino que es vendida al
organismo encargado de la gestión de la energía en el país.
COMPONENTES.
Básicamente
un sistema fotovoltaico autónomo está formado por los siguientes componentes:
paneles fotovoltaicos (1) que transforman la energía lumínica del sol en
energía eléctrica mediante las celdas solares, baterías (3) para acumulación de
la electricidad para su utilización posterior en momentos en que no existe luz
solar o periodos de escasez de la misma, regulador de carga (2) que protege a
las baterías contra sobrecargas y controla las descargas, inversor (opcional)
que transforma DC en AC y que lo necesitaremos para los aparatos que funcionan
con corriente alterna y finalmente los aparatos a conectar o cargas del sistema
(4). Las cargas pueden ser en corriente continua DC o en corriente alterna AC.
El consumo de las cargas es una parte determinante del equipo ya que es el que
nos indicarán el dimensionado del sistema.
1.
PANEL FOTOVOLTAICO.
Los
paneles o módulos fotovoltaicos (llamados comúnmente paneles solares, aunque
esta denominación abarca otros dispositivos) están formados por un conjunto de
celdas (células fotovoltaicas) que producen electricidad a partir de la luz que
incide sobre ellos.
Un panel solar o módulo fotovoltaico
está formado por un conjunto de células, conectadas eléctricamente,
encapsuladas, y montadas sobre una estructura de soporte o marco. Proporciona
en su salida de conexión una tensión continua, y se diseña para valores
concretos de tensión (6 V, 12 V, 24 V...), que definirán la tensión a la que va
a trabajar el sistema fotovoltaico. Los tipos de
paneles solares vienen dados por la tecnología de fabricación de las células, y
son fundamentalmente: Silicio cristalino (monocristalino y multicristalino) y
Silicio amorfo.
2.
EL REGULADOR.
Para
un correcto funcionamiento de la instalación, hay que instalar un sistema de
regulación de carga en la unión entre los paneles solares y las baterías. Este
elemento recibe el nombre de regulador y tiene como misión evitar situaciones
de carga y sobredescarga de la batería, con el fin de alargar su vida útil.
El
regulador trabaja por tanto en las dos zonas. En la parte relacionada con la carga,
su misión es la de garantizar una carga suficiente al acumulador y evitar las
situaciones de sobrecarga, esto se logra mediante un corte automático de la
corriente emanada desde las baterías o mediante la emisión de una señal visual
o audible, y en la parte de descarga se ocupará de asegurar el suministro
eléctrico diario suficiente y evitar la descarga excesiva de la batería.
Dado
que los módulos solares tienen una tensión nominal mayor que la de la batería,
si no existiera regulador se podrían producir sobrecargas. El motivo de que
esta tensión nominal de los paneles sea así se debe fundamentalmente a dos
razones:
·
Atenuar
posibles disminuciones de tensión por el aumento de la temperatura.
·
Asegurar
la carga correcta de la batería. Para ello la tensión VOC (Tensión de circuito abierto) del panel deberá ser mayor que
la tensión nominal de la batería.
El
dimensionado de la instalación solar se realiza de manera que se asegure el
suministro de energía en las peores condiciones de luminosidad del sol. Por
ello se toman como referencia los valores de irradiación en invierno. Esto
puede provocar que en verano la energía aportada por los módulos solares sea en
ocasiones casi el doble de los cálculos estimados, por lo que, si no se conecta
el regulador entre los paneles y las baterías, el exceso de corriente podría
llegar incluso a hacer hervir el electrolito de los acumuladores, con el riesgo
con el riesgo incluso de incendio o explosión.
Se pueden conectar varios
paneles solares a un solo regulador de carga en la medida que los paneles se encuentren
conectados en paralelo (+ con + y – con -). Es importante considerar que
la corriente total que generen los paneles interconectados al regulador no debe
exceder el límite máximo de carga eléctrica soportado por el regulador de
carga.
Los reguladores de carga se
instalan cerca de las baterías por razones de seguridad. Las baterías son capaces
de contener una gran cantidad de electricidad el cual tienen el potencial
de generar incendios. Al tener instalado el regulador de voltaje próximo
a la batería se reduce la posibilidad de un cortocircuito producto de un corte
accidental de los cables. La segunda razón obedece a que así se puede obtener
un control más preciso en la lectura de carga de la batería.
Los reguladores de carga
previenen que la carga eléctrica acumulada en las baterías de ciclo profundo
regrese hacia los paneles solares. Los controladores sólo comprometen una
fuga mínima de electricidad desde las baterías, por lo que tardaría
varios meses poder descargar una batería.
3.
ACUMULADORES.
La
batería es un artefacto electroquímico que convierte la energía eléctrica y la
almacena en forma química. Las baterías no generan electricidad.
La
llegada de la energía solar a los módulos fotovoltaicos no se produce de manera
uniforme, sino que presenta variaciones por diferentes motivos, como la
duración de la noche o las estaciones del año, y otras causas que pueden
producir alteraciones de manera aleatoria en la energía recibida, como puede
ocurrir con un aumento de la nubosidad en un determinado instante.
Por
lo que es necesario utilizar algún sistema de almacenamiento de energía para aquellos
momentos en que la radiación recibida sobre el generador fotovoltaico no sea capaz
de hacer que la instalación funcione en los valores diseñados. Para ello se
utilizarán las baterías o acumuladores.
Las
baterías son dispositivos capaces de transformar la energía química en
eléctrica. El funcionamiento en una instalación fotovoltaica será el siguiente:
Energía
eléctrica (generación) → Energía química (almacenamiento) → Energía eléctrica (consumo)
Las
baterías son recargadas desde la electricidad producida por los paneles
solares, a través de un regulador de carga, y pueden entregar su energía a la
salida de la instalación, donde será consumida.
Tres
son las misiones que tienen las baterías en las instalaciones fotovoltaicas:
•
Almacenar energía durante un determinado número de días.
•
Proporcionar una potencia instantánea elevada.
•
Fijar la tensión de trabajo de la instalación.
Parámetros
más importantes que se deben de tener en cuenta a la hora de elegir un
acumulador:
Capacidad: Se define
como la cantidad de electricidad que puede lograrse en una descarga completa
del acumulador partiendo de un estado de carga total del mismo. Se mide en
amperios hora (Ah), y se calcula como el producto de la intensidad de descarga
del acumulador durante el tiempo en el que está actuando: C = t I.
Eficiencia de
carga:
Relación entre la energía empleada para recargar la batería y la energía
realmente almacenada. Interesa que sea un valor lo más alto posible (próximo al
100 %, lo que indicaría que toda la energía utilizada para la recarga es
factible de ser empleada en la salida de la instalación). Si la eficiencia es
baja, será necesario aumentar el número de paneles solares para obtener los
resultados deseados.
Autodescarga: Proceso
mediante el cual el acumulador, sin estar en uso, tiende a descargarse.
Profundidad de descarga: Cantidad de
energía, en tanto por ciento, que se obtiene de la batería durante una
determinada descarga, partiendo del acumulador totalmente cargado. Está
relacionada con la duración o vida útil del acumulador. Si los ciclos de
descargas son cortos (en torno al 20 %, por ejemplo), la duración del
acumulador será mayor que si se le somete a descargas profundas (por ejemplo,
del 80 %).
Las baterías utilizadas en una
instalación fotovoltaica son de ciclo profundo que convierten la energía
eléctrica en energía química. Esto se logra mediante un proceso electroquímico
de oxidación/reducción. El proceso electroquímico es reversible permitiendo que
se regrese al estado de corriente eléctrica cuando sea necesario.
Existen varios
tipos de baterías. Las más conocidas son de zinc-carbón, alcalinas,
níquel-cadmio (Ni-Cd), níquel-hidruro metálico (Ni-MH) y las baterías de
ácido-plomo. Las baterías de ciclo profundo son por lo general baterías del
tipo ácido-plomo.
Las baterías
de ciclo profundo se pueden clasificar en dos tipos de baterías:
- Las húmedas o abiertas, con el electrólito en estado líquido.
- Las baterías cerradas. En ellas el electrolito se encuentra en estado gelado. Tienen la ventaja que pueden ser colocadas en forma horizontal o vertical y no requieren de mantención.
La vida útil
de una batería de ciclo profundo guarda directa relación es de que tan
“profundo” llega a descargarse. Mientras menos profunda se llegue a descargar
la batería de ciclo profundo mayor será la vida útil de la batería. Una batería
de ciclo profundo que sea descargada en un 50% en forma permanente tendrá una
vida útil mayor a aquella de similares características que se descargue en un
80%.
En promedio,
una batería de ciclo profundo puede llegar a cumplir 2000 ciclos durante su vida
útil; descargando y cargando su energía lenta, pero constantemente. Esto
equivale a aproximadamente 4-8 años de vida útil. Sin embargo, cada caso es
particular. En general, las variables que determinan la vida útil de una
batería de ciclo profundo viene dada por:
- Para qué y en qué condiciones son usadas.
- Las labores de mantención a la que es sometida.
- Cuál y cómo han sido los procesos de carga y descarga a lo largo del tiempo.
La primera
recomendación para seleccionar el tamaño de batería requerida es dotar al
sistema fotovoltaico con una batería que almacene al menos el doble de
capacidad de la cantidad que demandará en un momento del tiempo. Aunque las
baterías de ciclo profundo pueden descargarse hasta un 80% mientras menor o
menos profunda sea la descarga de la batería mayor será la vida útil de la
batería por lo que no se recomienda que se descargue a su límite mínimo de
carga.
La segunda
recomendación es el de seleccionar un tamaño de batería que tenga una capacidad
de almacenaje de amperes suficiente para abastecer de electricidad a los
aparatos eléctricos asumiendo acceso a un nivel de insolación equivalente entre
1-3 días nublados.
4.
EL INVERSOR DE VOLTAJE
Transforman la
corriente continua (CC) de baja tensión (12V, 24V, 32V 36V ó 48V) en corriente
alterna (AC) de alta tensión (110V, 220V). El cambio de voltaje es necesario
dado que los aparatos eléctricos se alimentan de uno u otro tipo de
corriente.Los inversores de voltaje presentes en un sistema fotovoltaico
transforman la corriente continua generada en los paneles solares en
corriente alterna para que pueda ser utilizada por los distintos aparatos
eléctricos.
Una
vez que la corriente continua entra al inversor de voltaje, ya sea
proveniente de la celda solar o desde una batería de ciclo
profundo, ésta es conducida al transformador que se encuentra
almacenado dentro del inversor de voltaje. El inversor de voltaje de una u otra
manera “burla” al transformador forzando a la corriente continua a actuar como
si fuese corriente alterna. Esto se logra mediante la interrupción permanente
de la corriente continua; pasándola a través de dos o más transistores que se
encienden y apagan continuamente. Los inversores de voltaje de sistemas “off
grid” (que son absolutamente independientes del suministro eléctrico
proporcionado por compañías eléctricas), se sugiere que los inversores de
voltaje sean siempre instalados en las proximidades de las baterías de ciclo
profundo.
Eso
depende de cada caso particular. El tamaño de un inversor de voltaje está dado
por el valor máximo de watts continuos que puede proveer el inversor de
corriente o de voltaje. Por ello, el tamaño o capacidad de inversor de voltaje
requerido guarda directa relación con la demanda de electricidad que exijan los
aparatos eléctricos a los que desee proveer de energía eléctrica. Se debe tener
en consideración que el inversor de voltaje deberá abastecer con electricidad
continuamente a más de un aparato a la vez. Por ello, se debe asegurar elegir
un inversor de voltaje que provea una cantidad de watts levemente superior a la
requerida en un momento del tiempo.
CIBERGRAFÍA
http://www.solener.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=105:reguladores&catid=47:productos
Consultado:
01 de Septiembre de 2012. [Versión electrónica]
http://www.solener.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=103:baterias&catid=47:productos
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01 de Septiembre de 2012. [Versión electrónica]
http://www.solener.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=104:inversores&catid=47:productos
Consultado:
01 de Septiembre de 2012. [Versión electrónica]
http://tskan.com/funcionamiento-panel-solar/
Consultado:
01 de Septiembre de 2012. [Versión electrónica]
Componentes
de una instalación solar fovoltaica. Consultado: 01 de Septiembre de
2012. [Versión electrónica] http://www.mcgraw-hill.es/bcv/guide/capitulo/8448171691.pdf
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