BANANO.
Clasificación científica
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Reino:
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Plantae
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División:
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Magnoliophyta
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Clase:
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Liliopsida
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Orden:
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Zingiberales
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Familia:
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Musaceae
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Género:
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Musa
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Especie:
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M. paradisiaca
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Nombre binomial Musa paradisiaca L.
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Origen y
distribución.
El banano moderno es
un cultivo, probablemente originario de la región indomalaya. Desde Indonesia
se propagaron hacia el sur y el oeste, alcanzando Hawái y la Polinesia por
etapas.
Suelos
Los cultivos de
banano toleran bien una gran variedad de terrenos; crecen y fructifican en
condiciones de bastante pobreza, aunque para que la producción sea
económicamente rentable requieren suelos fértiles y húmedos. Prefieren terrenos
profundos, bien drenados, con la capa freática a no menos de dos metros de
profundidad; para evitar el anegamiento de las raíces, los cultivos en zonas de
extrema humedad suelen elevar las plantas mediante canteros o bancales, además
de cavar canales de desagüe entre las plantas, previendo una pendiente de
alrededor del 1% para permitir el drenaje.
Los suelos aptos para el desarrollo del cultivo de banano son aquellos
que presentan una textura: franco arenosa, franco arcillosa, franco arcillo
limoso y franco limoso; además deben poseer un buen drenaje interno y alta
fertilidad, su profundidad debe ser de 1,2a 1,5 metros.
Por otro lado deben poseer buenas propiedades de retención de agua, los
suelos arcillosos con un 40% no son recomendables para el cultivo.
En terrenos más secos
se hace necesaria la irrigación artificial; el riego por aspersión permite la
plantación de bananos en terrenos arcillosos que tradicionalmente se
consideraron inadecuados.
Prefieren suelos
ligeramente ácidos, con un pH en torno al 6. Un exceso de acidez hace necesaria
la adición de álcalis durante el crecimiento para evitar la propagación de los
hongos del género Fusarium, responsables de la enfermedad de Panamá que
es la principal plaga de estos cultivos. Si bien los suelos ideales son de
origen aluvial, los terrenos arenosos, franco-arenosos, arcillosos, calcáreos y
rocosos pueden ser aceptables; se presentan problemas en las arenas demasiado
finas, que retienen demasiada agua.
Los requerimientos
nutritivos del banano son elevados; las variedades de fruta pueden necesitar
entre 250 y 600 kg de nitrógeno por hectárea para proporcionar rendimientos
comerciales, y entre 700 y 800 kg de potasio. Los retoños cortados para evitar
su desarrollo y los restos de los pseudotallos después de la cosecha se
abandonan en la superficie o se añaden a un compost para mejorar la
calidad de la tierra. Un exceso de salinidad no detiene el crecimiento de la
planta, pero reduce marcadamente su rendimiento, dando lugar a frutos enanos o
muy delgados.
TEMPERATURA Y
PLUVIOSIDAD
Los bananos son
propios de regiones tropicales y subtropicales. Algunos cultivos están
adaptados a altitudes de hasta 2.300 msnm, pero la mayoría no prospera a más de
600 m de altitud.
La temperatura óptima
para la floración ronda los 27°C, y el crecimiento de los frutos se beneficia
de una ligeramente superior. Por encima de los 37 °C las hojas padecen
quemaduras y los frutos se deforman; por debajo de los 16 °C el ritmo de
desarrollo se reduce sensiblemente, dando lugar a la aparición de una hoja por
mes en lugar del período óptimo de una por semana.
Ubicación
Por su naturaleza
herbácea, los bananos deben estar protegidos del viento. Por encima de los 40
km/h las variedades de tallo más elongado pueden resultar arrancadas, al
ofrecer las grandes hojas mucha resistencia; por encima de los 60 km/h aún las
variedades enanas sufren daños. Aún rachas de menor intensidad pueden dañar los
frutos, provocar la caída de las flores o desecar las hojas.
Los bananos prefieren
pleno sol, salvo en climas muy calurosos; en el trópico crecen bien en semi-sombra,
pero en regiones de temperaturas más moderadas la falta de exposición al sol
lleva a la producción de frutos escasos y de baja calidad.
ROPAGACIÓN.
Plantación de banano.
Salvo en los
proyectos experimentales de desarrollo de nuevas variedades, los bananos no se
desarrollan nunca a partir de semillas. El principal medio de reproducción es
el corte de potenciales propágulos a partir del rizoma, sea únicamente las
yemas del mismo —un procedimiento similar al empleado para la propagación de la
papa, Solanum tuberosum— o los "chupones" que brotan de él junto
al pseudotallo principal.
Para emplear las
yemas, se selecciona preferentemente una planta de unos siete meses de edad y
se desarraiga, cortando luego el pseudotallo. Al arrancar las bases de las
vainas foliares, quedan visibles dos yemas de color rosáceo, que pueden crecer
con rapidez tras el replante. Las yemas inferiores, de color blanquecino,
suelen descartarse, pues su desarrollo en caso de replante es más lento y
trabajoso. Se eliminan las secciones afectadas por enfermedades, descoloridas o
presentando nodulaciones debidas a nematodos, y el resto del rizoma se divide
en dos.
Plantación.
El momento de la
plantación depende del clima de la zona; es importante garantizar un buen nivel
de humedad en la fase inicial de crecimiento, así como evitar a toda costa el
anegamiento.
Disposición.
Las plantas se ubican
a intervalos regulares, en disposición hexagonal o en canteros de dos o tres
filas separados por carriles más anchos para la maquinaria agrícola. La
distancia ideal depende del tamaño del cultivar, la fertilidad del suelo y
otros factores; rara vez es inferior a los 2 m o superior a los 5. El sistema
radical de un banano adulto puede ocupar un espacio de hasta 100 m², lo que
debe tenerse en cuenta a la hora de planificar la disposición. Normalmente la
densidad óptima está entre 1.200 y 2.400 plantas por hectárea.
Las plantaciones más
densas favorecen el control de las malas hierbas y protegen del viento a los
ejemplares, pero dificulta la prevención de plagas y disminuye el rendimiento.
Los ejemplares plantados demasiado cerca unos de otros producen menos chupones,
frutos más cortos y maduran antes de permitir el desarrollo completo de los
mismos. Plantaciones más densas requieren mayores volúmenes de fertilizante, y
pueden producir otros problemas por la disminución de la exposición solar de
los ejemplares. A la inversa, plantaciones demasiado espaciadas favorecen la
aparición de malas hierbas, incrementan la evaporación del suelo y exponen las
plantas a mayores inclemencias.
LABORES DE
MANEJO.
Fertilización.
Es una de las
actividades de mayor importancia en el cultivo de banano para obtener buenos
rendimientos.
Para establecer un
programa de fertilización es necesario realizar un análisis de suelos y foliar
cada año.
Los programas
bananeros deben estar enfocados a realizar ciclos mensuales de fertilización e
incorporación de los abonos al suelo.
Los fertilizantes o
abonos pueden ser orgánicos como la gallinaza, el lombricompuesto, pulpa de
café descompuesta y residuos de cosecha, o químicos como la Urea, el Cloruro de
Potasio, la cal agrícola.
Es una de las
actividades de mayor importancia en el cultivo de banano para obtener buenos rendimientos.
Para establecer un programa de fertilización es necesario realizar un análisis
de suelos y foliar cada año. Los programas bananeros deben estar enfocados a
realizar ciclos mensuales de fertilización e incorporación de los abonos al
suelo. Los fertilizantes o abonos pueden ser orgánicos como la gallinaza, el
lombricompuesto, pulpa de café descompuesta y residuos de cosecha, o químicos
como la Urea, el Cloruro de Potasio, la cal agrícola.
Se fertilizan antes
de la plantación, para asegurar que la nutrición en los cruciales primeros
cuatro meses de desarrollo será adecuada. En suelos pobres, las bananas se
fertilizarán entre cuatro y seis veces durante cada ciclo de producción.
Se estima que una
cosecha de unas 12 toneladas por hectárea exige del suelo unos 25 kg de
nitrógeno, 4,5 kg de fósforo, 62 kg de potasio y unos 8 kg de calcio.
La proporción de
abono empleado va de 3:1:6 a 8:10:8 NPK de acuerdo a las características del
suelo; la cantidad dependerá de la densidad de población, pero estará en torno
a 1-1,5 toneladas por hectárea en un ciclo, incluyendo 50-150 kg de nitrógeno,
15–60 kg de fósforo y 80-180 kg de potasio.
Poda.
Para obtener
crecimiento vegetativo uniforme y producciones comercialmente rentables, los
chupones que crecen del rizoma deben controlarse; la multiplicación de los
mismos conduce a la producción de racimos de frutos pequeños. Normalmente se
deja sólo uno como reemplazo eventual del pseudotallo principal, que morirá
después de fructificar.
Se arrancan también
las hojas muertas para evitar que interfieran con el riego, hagan sombra a los
chupones o dañen por rozamiento a los racimos nuevos; sus restos se dejan en el
suelo para su descomposición. Si la producción es buena, se remueve el capullo
terminal del racimo, que contiene flores masculinas, para mejorar el
crecimiento de las bananas.
Desmalezado.
La principal maleza
que afecta a las plantaciones de banono es Cyperus rotundus, que consume
mucho del nitrógeno que la planta necesita. Se ha intentado utilizar gansos
como desmalezadores naturales, ya que el banano no les resulta atractivo, pero
si bien consumen la mayoría de los pastos competidores no acaban completamente
con las malas hierbas. Las soluciones químicas empleadas incluyen el diuron y
la ametrina, que resultan sólo moderadamente dañinas para las plantas y
desaparecen rápidamente del suelo.
AMARRE.
Labor que consiste en
amarrar la planta para evitar su caída. Se realiza por intermedio de dos
cuerdas de nylon. Una vez ha emergido la bacota en sentido contrario a la
inclinación de la planta.
EMBOLSE.
Consiste en proteger
el racimo con una funda o bolsa plástica de polietileno del ataque de plagas y
de efectos abrasivos causados por hojas o productos químicos y también
resguardarlos de los cambios bruscos de temperaturas.
DESMACHE O DESHIJE.
La Planta de banano
genéticamente tiene la capacidad de producir varios hijos o retoños que se
distribuyen alrededor de la planta madre.
En el cultivo de
banano se debe manejar una población (cantidad de unidades de producción)
adecuada y acorde con el tipo de suelos, vigor y frondosidad de la planta.
Para ello se realiza
el desmache o deshije, que sencillamente es dejar cada planta con su hijo y su
nieto, o sea unidad de producción completa para garantizar que el numero y
tamaño de los racimos por hectárea sea optimo y que la plantación se mantenga
como un cultivo perenne.
DESHOJE Y DESPUNTE.
El deshoje consiste
en eliminar las hojas más viejas que se van secando y perdiendo funcionalidad y
aquellas que por algún factor externo (vientos, daños mecánicos) se han
doblado.
El despunte radica en
eliminar las partes de las hojas que se encuentran afectadas por enfermedades
MANTENIMIENTO DE DRENAJES.
El mal estado de los
drenajes reduce la aireación de los suelos y la respiración de las raíces, lo
que ocasiona mal anclaje a la planta y poca actividad microbiana en el suelo.
Por lo anterior es necesario hacer mantenimiento anual de los canales
primarios, secundarios, terciarios y superficiales que permitan recuperar las
especificaciones iniciales de los drenajes y su funcionabilidad, la cual es
evacuar eficientemente el exceso de aguas superficiales y disminuir el nivel
freático a profundidades adecuadas.
CONTROL DE MALEZAS.
Consiste en dejar
libre al cultivo de la competencia que las malezas ejercen por luz, nutrientes
y agua. Los ciclos dependen del tipo, cantidad y desarrollo de la maleza.
Existen varios métodos de control que para implementarlos se debe evaluar la
edad de la plantación, el tipo de maleza, época del año.
Tipos de Control:
·
Cultural: Se mantiene la plantación con buen número
de plantas por hectárea, buena fertilización y labores, lo que no beneficia el
crecimiento de la maleza.
·
Químico: Productos comerciales
·
Mecánico: Corta-malezas o guadañadoras,
machete.
·
Coberturas vegetales: Se siembran especies
que no compitan con la planta y no dejen crecer las otras malezas.
RESIEMBRA.
El objetivo de la
resiembra es introducir las unidades faltantes en los espacios de luz
aprovechables, el material debe ser de inmejorable calidad, con buen tamaño y vitalidad.
En las plantaciones recién sembradas, es recomendable hacer la siembra cuatro
semanas después de la brotación de las yemas, a fin de que las nuevas plantas
no tengan desventajas de crecimiento con la siembra inicial.
Uno de los problemas
universales que los afectan son los nematodos, que atacan los rizomas causando
la podredumbre de los mismos; otra de las plagas más extendidas es la
enfermedad de Panamá.