viernes, 28 de junio de 2013

MANEJO AGROECOLÓGICO EN EL CULTIVO DE BANANO



BANANO.


Clasificación científica
Reino:
Plantae
División:
Magnoliophyta
Clase:
Liliopsida
Orden:
Zingiberales
Familia:
Musaceae
Género:
Musa
Especie:
M. paradisiaca
Nombre binomial Musa paradisiaca L.


Origen y distribución.

El banano moderno es un cultivo, probablemente originario de la región indomalaya. Desde Indonesia se propagaron hacia el sur y el oeste, alcanzando Hawái y la Polinesia por etapas. 


Suelos
Los cultivos de banano toleran bien una gran variedad de terrenos; crecen y fructifican en condiciones de bastante pobreza, aunque para que la producción sea económicamente rentable requieren suelos fértiles y húmedos. Prefieren terrenos profundos, bien drenados, con la capa freática a no menos de dos metros de profundidad; para evitar el anegamiento de las raíces, los cultivos en zonas de extrema humedad suelen elevar las plantas mediante canteros o bancales, además de cavar canales de desagüe entre las plantas, previendo una pendiente de alrededor del 1% para permitir el drenaje. 

Los suelos aptos para el desarrollo del cultivo de banano son aquellos que presentan una textura: franco arenosa, franco arcillosa, franco arcillo limoso y franco limoso; además deben poseer un buen drenaje interno y alta fertilidad, su profundidad debe ser de 1,2a 1,5 metros.
Por otro lado deben poseer buenas propiedades de retención de agua, los suelos arcillosos con un 40% no son recomendables para el cultivo.

En terrenos más secos se hace necesaria la irrigación artificial; el riego por aspersión permite la plantación de bananos en terrenos arcillosos que tradicionalmente se consideraron inadecuados.

Prefieren suelos ligeramente ácidos, con un pH en torno al 6. Un exceso de acidez hace necesaria la adición de álcalis durante el crecimiento para evitar la propagación de los hongos del género Fusarium, responsables de la enfermedad de Panamá que es la principal plaga de estos cultivos. Si bien los suelos ideales son de origen aluvial, los terrenos arenosos, franco-arenosos, arcillosos, calcáreos y rocosos pueden ser aceptables; se presentan problemas en las arenas demasiado finas, que retienen demasiada agua.

Los requerimientos nutritivos del banano son elevados; las variedades de fruta pueden necesitar entre 250 y 600 kg de nitrógeno por hectárea para proporcionar rendimientos comerciales, y entre 700 y 800 kg de potasio. Los retoños cortados para evitar su desarrollo y los restos de los pseudotallos después de la cosecha se abandonan en la superficie o se añaden a un compost para mejorar la calidad de la tierra. Un exceso de salinidad no detiene el crecimiento de la planta, pero reduce marcadamente su rendimiento, dando lugar a frutos enanos o muy delgados.



TEMPERATURA Y PLUVIOSIDAD
Los bananos son propios de regiones tropicales y subtropicales. Algunos cultivos están adaptados a altitudes de hasta 2.300 msnm, pero la mayoría no prospera a más de 600 m de altitud.

La temperatura óptima para la floración ronda los 27°C, y el crecimiento de los frutos se beneficia de una ligeramente superior. Por encima de los 37 °C las hojas padecen quemaduras y los frutos se deforman; por debajo de los 16 °C el ritmo de desarrollo se reduce sensiblemente, dando lugar a la aparición de una hoja por mes en lugar del período óptimo de una por semana. 


Ubicación
Por su naturaleza herbácea, los bananos deben estar protegidos del viento. Por encima de los 40 km/h las variedades de tallo más elongado pueden resultar arrancadas, al ofrecer las grandes hojas mucha resistencia; por encima de los 60 km/h aún las variedades enanas sufren daños. Aún rachas de menor intensidad pueden dañar los frutos, provocar la caída de las flores o desecar las hojas.

Los bananos prefieren pleno sol, salvo en climas muy calurosos; en el trópico crecen bien en semi-sombra, pero en regiones de temperaturas más moderadas la falta de exposición al sol lleva a la producción de frutos escasos y de baja calidad.



ROPAGACIÓN.

Plantación de banano.

Salvo en los proyectos experimentales de desarrollo de nuevas variedades, los bananos no se desarrollan nunca a partir de semillas. El principal medio de reproducción es el corte de potenciales propágulos a partir del rizoma, sea únicamente las yemas del mismo —un procedimiento similar al empleado para la propagación de la papa, Solanum tuberosum— o los "chupones" que brotan de él junto al pseudotallo principal.
Para emplear las yemas, se selecciona preferentemente una planta de unos siete meses de edad y se desarraiga, cortando luego el pseudotallo. Al arrancar las bases de las vainas foliares, quedan visibles dos yemas de color rosáceo, que pueden crecer con rapidez tras el replante. Las yemas inferiores, de color blanquecino, suelen descartarse, pues su desarrollo en caso de replante es más lento y trabajoso. Se eliminan las secciones afectadas por enfermedades, descoloridas o presentando nodulaciones debidas a nematodos, y el resto del rizoma se divide en dos.


Plantación.

El momento de la plantación depende del clima de la zona; es importante garantizar un buen nivel de humedad en la fase inicial de crecimiento, así como evitar a toda costa el anegamiento.


Disposición.

Las plantas se ubican a intervalos regulares, en disposición hexagonal o en canteros de dos o tres filas separados por carriles más anchos para la maquinaria agrícola. La distancia ideal depende del tamaño del cultivar, la fertilidad del suelo y otros factores; rara vez es inferior a los 2 m o superior a los 5. El sistema radical de un banano adulto puede ocupar un espacio de hasta 100 m², lo que debe tenerse en cuenta a la hora de planificar la disposición. Normalmente la densidad óptima está entre 1.200 y 2.400 plantas por hectárea.

Las plantaciones más densas favorecen el control de las malas hierbas y protegen del viento a los ejemplares, pero dificulta la prevención de plagas y disminuye el rendimiento. Los ejemplares plantados demasiado cerca unos de otros producen menos chupones, frutos más cortos y maduran antes de permitir el desarrollo completo de los mismos. Plantaciones más densas requieren mayores volúmenes de fertilizante, y pueden producir otros problemas por la disminución de la exposición solar de los ejemplares. A la inversa, plantaciones demasiado espaciadas favorecen la aparición de malas hierbas, incrementan la evaporación del suelo y exponen las plantas a mayores inclemencias.



LABORES DE MANEJO.

Fertilización.

Es una de las actividades de mayor importancia en el cultivo de banano para obtener buenos rendimientos.

Para establecer un programa de fertilización es necesario realizar un análisis de suelos y foliar cada año.

Los programas bananeros deben estar enfocados a realizar ciclos mensuales de fertilización e incorporación de los abonos al suelo.

Los fertilizantes o abonos pueden ser orgánicos como la gallinaza, el lombricompuesto, pulpa de café descompuesta y residuos de cosecha, o químicos como la Urea, el Cloruro de Potasio, la cal agrícola.

Es una de las actividades de mayor importancia en el cultivo de banano para obtener buenos rendimientos. Para establecer un programa de fertilización es necesario realizar un análisis de suelos y foliar cada año. Los programas bananeros deben estar enfocados a realizar ciclos mensuales de fertilización e incorporación de los abonos al suelo. Los fertilizantes o abonos pueden ser orgánicos como la gallinaza, el lombricompuesto, pulpa de café descompuesta y residuos de cosecha, o químicos como la Urea, el Cloruro de Potasio, la cal agrícola.

Se fertilizan antes de la plantación, para asegurar que la nutrición en los cruciales primeros cuatro meses de desarrollo será adecuada. En suelos pobres, las bananas se fertilizarán entre cuatro y seis veces durante cada ciclo de producción. 

Se estima que una cosecha de unas 12 toneladas por hectárea exige del suelo unos 25 kg de nitrógeno, 4,5 kg de fósforo, 62 kg de potasio y unos 8 kg de calcio. 

La proporción de abono empleado va de 3:1:6 a 8:10:8 NPK de acuerdo a las características del suelo; la cantidad dependerá de la densidad de población, pero estará en torno a 1-1,5 toneladas por hectárea en un ciclo, incluyendo 50-150 kg de nitrógeno, 15–60 kg de fósforo y 80-180 kg de potasio.



Poda.

Para obtener crecimiento vegetativo uniforme y producciones comercialmente rentables, los chupones que crecen del rizoma deben controlarse; la multiplicación de los mismos conduce a la producción de racimos de frutos pequeños. Normalmente se deja sólo uno como reemplazo eventual del pseudotallo principal, que morirá después de fructificar. 

Se arrancan también las hojas muertas para evitar que interfieran con el riego, hagan sombra a los chupones o dañen por rozamiento a los racimos nuevos; sus restos se dejan en el suelo para su descomposición. Si la producción es buena, se remueve el capullo terminal del racimo, que contiene flores masculinas, para mejorar el crecimiento de las bananas.


Desmalezado.

La principal maleza que afecta a las plantaciones de banono es Cyperus rotundus, que consume mucho del nitrógeno que la planta necesita. Se ha intentado utilizar gansos como desmalezadores naturales, ya que el banano no les resulta atractivo, pero si bien consumen la mayoría de los pastos competidores no acaban completamente con las malas hierbas. Las soluciones químicas empleadas incluyen el diuron y la ametrina, que resultan sólo moderadamente dañinas para las plantas y desaparecen rápidamente del suelo.



AMARRE.

Labor que consiste en amarrar la planta para evitar su caída. Se realiza por intermedio de dos cuerdas de nylon. Una vez ha emergido la bacota en sentido contrario a la inclinación de la planta.


EMBOLSE.

Consiste en proteger el racimo con una funda o bolsa plástica de polietileno del ataque de plagas y de efectos abrasivos causados por hojas o productos químicos y también resguardarlos de los cambios bruscos de temperaturas.



DESMACHE O DESHIJE.

La Planta de banano genéticamente tiene la capacidad de producir varios hijos o retoños que se distribuyen alrededor de la planta madre.

En el cultivo de banano se debe manejar una población (cantidad de unidades de producción) adecuada y acorde con el tipo de suelos, vigor y frondosidad de la planta.

Para ello se realiza el desmache o deshije, que sencillamente es dejar cada planta con su hijo y su nieto, o sea unidad de producción completa para garantizar que el numero y tamaño de los racimos por hectárea sea optimo y que la plantación se mantenga como un cultivo perenne.



DESHOJE Y DESPUNTE.

El deshoje consiste en eliminar las hojas más viejas que se van secando y perdiendo funcionalidad y aquellas que por algún factor externo (vientos, daños mecánicos) se han doblado.
El despunte radica en eliminar las partes de las hojas que se encuentran afectadas por enfermedades



MANTENIMIENTO DE DRENAJES.

El mal estado de los drenajes reduce la aireación de los suelos y la respiración de las raíces, lo que ocasiona mal anclaje a la planta y poca actividad microbiana en el suelo. Por lo anterior es necesario hacer mantenimiento anual de los canales primarios, secundarios, terciarios y superficiales que permitan recuperar las especificaciones iniciales de los drenajes y su funcionabilidad, la cual es evacuar eficientemente el exceso de aguas superficiales y disminuir el nivel freático a profundidades adecuadas.


CONTROL DE MALEZAS.

Consiste en dejar libre al cultivo de la competencia que las malezas ejercen por luz, nutrientes y agua. Los ciclos dependen del tipo, cantidad y desarrollo de la maleza. Existen varios métodos de control que para implementarlos se debe evaluar la edad de la plantación, el tipo de maleza, época del año.

Tipos de Control:
·    Cultural: Se mantiene la plantación con buen número de plantas por hectárea, buena fertilización y labores, lo que no beneficia el crecimiento de la maleza.
·         Químico: Productos comerciales
·         Mecánico: Corta-malezas o guadañadoras, machete.
·         Coberturas vegetales: Se siembran especies que no compitan con la planta y no dejen crecer las otras malezas.


RESIEMBRA.

El objetivo de la resiembra es introducir las unidades faltantes en los espacios de luz aprovechables, el material debe ser de inmejorable calidad, con buen tamaño y vitalidad. En las plantaciones recién sembradas, es recomendable hacer la siembra cuatro semanas después de la brotación de las yemas, a fin de que las nuevas plantas no tengan desventajas de crecimiento con la siembra inicial.

Uno de los problemas universales que los afectan son los nematodos, que atacan los rizomas causando la podredumbre de los mismos; otra de las plagas más extendidas es la enfermedad de Panamá.

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